El permanecer trabajando en casa, dadas las circunstancias, implica un cambio importante para nosotros.
Los seres humanos estamos de alguna forma programados hacia tener la certeza. Algunas veces suceden cosas que no esperábamos como es la aparición del Coronavirus-19 y nos genera desconcierto, temor e incluso enojo.
Algunos estamos preocupados por no tener certeza sobre nuestro ingreso o fuente de trabajo; otros estarán temerosos por el riesgo de salud que tienen sus padres o familiares; por la continuidad de su negocio, etc. pero lo cierto es que el cambio está aquí y tenemos que permanecer en casa al menos 15-20 días, o incluso más, hasta que la situación pueda ser más controlada.
¿Pero por qué nos resistimos tanto al cambio?
Como humanos nos encanta la ilusión de tener el control (incluso de lo que antes no controlábamos). Hasta que no reconozcamos que el cambio va a suceder, y nos sobrepongamos a la frustración de no tener todo bajo control, no seremos efectivos. No implica que el cambio no será problemático, pero nos hará más fácil el lidear con él.
Una de las competencias de la Inteligencia Emocional que más nos ayudan durante los procesos de cambio, es la FLEXIBILIDAD.
Pero, que es la FLEXIBILIDAD?
Según el modelo del EQi.02* La FLEXIBILIDAD es una de las habilidades emocionales que nos permite afrontar los retos, los obstáculos y las dificultades. Es la adaptación de las emociones, pensamientos y comportamientos ante circunstancias o ideas desconocidas, impredecibles y dinámicas.
Hay muchos modos de afrontar el cambio y superar un proceso de modificación, pero poder ser FLEXIBLES cuando las cosas cambian, implica tener la capacidad para manejar las emociones que se sienten al enfrentarse a circunstancias diferentes.
Una persona con una alta FLEXIBILIDAD, es capaz de adaptarse a situaciones de cambio, está abierta a nuevos puntos de vista y cambios de comportamiento, y se deja llevar por la corriente. Una persona con baja FLEXIBILIDAD, puede ser rígida, reacia a los cambios, estar sometida a patrones y aferrada al statu quo.
La Flexibilidad, junto con la tolerancia al estrés (implica enfrentarse a situaciones de estrés o difíciles y creer que es posible manejar e influir en dichas situaciones de manera positiva) y el optimismo (indicador de actitud y perspectiva positivas ante la vida. Implica la conservación de la esperanza y la resistencia a pesar de dificultades ocasionales) conforman las habilidades que nos permiten MANEJAR EL ESTRÉS, de ahí su importancia.
¿En qué medida podemos enfrentarnos a las emociones asociadas a los cambios y a circunstancias desconocidas o impredecibles, sin perder la esperanza sobre el futuro y la resistencia ante los obstáculos y las dificultades?
Si estamos poco dispuestos a adaptarnos a las transformaciones, podemos crear una atmósfera y estilo rígido. Es probable que nos aferremos a nuestras convicciones, incluso frente a puntos de vista discordantes, y aunque a veces esta rigidez podría ser vista como firmeza, ha de equilibrarse con la apertura al cambio.
Las personas que son poco FLEXIBILIDAD no suelen buscar experiencias nuevas y estimulantes, tienden a emplear un estilo de relación de «talla única», y se pierden de las ventajas de adaptarse a las necesidades individuales de los miembros de su equipo o incluso familia. Se quedan atrapados en un proceso mental individualista, sin incorporar los puntos de vista de los demás.
Y tu….¿Sabes que tan FLEXIBLE eres?
Fuente EQi-02
Si quieres evaluar y desarrollar tu FLEXIBILIDAD podemos ayudarte!!
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